Todo argentino sabe lo que
ocurrió desde hace unos meses y en el desenlace reciente que muchos vacilaron como un triunfo.
Viendo a tantas personas en un
día laboral, de un lado y del otro, me preguntaba de ir a donde
iría y me conteste: ninguna. Recordaba mi dulce infancia en ese pueblo perdido entre las
chuchillas entrerrianas , la gente que
vivía del campo y de las personas que eran vividas con el.
Yo
nací en
Larroque, la ciudad en que
también nació Alfredo
Yabran. Un
pueblito enclavado entre
Gualeguaychu y
Gualeguay, en donde el 80% viven del industria agropecuaria y el otro 20% de un
frigorífico de pollos, que a la larga es lo mismo. El lugar en donde
vivía era el extremo mas oriental del pueblo, en donde se hacia 200 metros y empezaba el campo. Mi padre tenia un
almacén ahí y
todavía mi
tío lo tiene, en donde se despacha
mercaderías y se atiende el bar, en donde
venían muchas personas a tomarse su ginebra y darle al truco hasta la noche.
Mis primeros recuerdos rondan en las
conversión que tenia con ciertos personajes, gente que
vivía en el campo. Tengo muchos recuerdos, pero de dos personas son los mas claros. Don Mateo y el "Ruso"(jamas supe su nombre, pero su apellido lo recuerdo tan
difícil que
simplemente lo llame "ruso" toda la vida).
Gente buena, sin maldad, que la vida la golpeaba
día a
día, que mojaban sus penas en copas ginebra o de amargo obrero y se
divertía jugando
solamente al truco con compañeros de mostrador.
Don Mateo, una persona que la tristeza se la
veía en su cara, su mujer
Juanita, una de las eternas enfermeras del hospital local, nunca tuvieron hijos, nunca supe porque y tampoco viene al caso saberlo, ya que yo disfrutaba cierto
status que tenia con ellos. Muchas veces fui a dormir a su casa, en donde
probé la mas rica sopa de mi vida y dormir con el silencio nocturno era un juego para mi.
Eran dos personas tristes, el siempre
laburo en su campo de pocas
hectáreas, tenia pocos animales y sembraba poco, todo el solo. Ella iba todos los
días al hospital a trabajar. Recuerdo que estaban contentos, ya que ella se jubilaba y decidieron vender su pequeño campo para comprarse una casa en la ciudad y vivir tranquilos sus
últimos días.
Lo hicieron, pero ella al poco tiempo
murió de un
cancer fulminante, y el poco brillo de los ojos de Don Mateo se fueron para siempre...
Yo me fui del pueblo a los 12 años a vivir a
Gualeguaychu, iba poco a
Larroque,
así que lo
veía poco a Don Mateo, luego se enfermo el y termino viviendo sus
últimos años en casa de una hermana a dos cuadras de mi casa en
Gualeguaychu, pero ya no era el, hablaba poco y se olvidaba de sus recuerdos, no se si por la enfermedad o porque le
dolía.
Murió a 50 km de la gente que
conocía, yo me entere a los pocos
días, me hubiera gustado saberlo y de darle un ultimo
adiós. Yo era adolecente y por lo tanto algunas cosas no me resultaba importante,
así que tampoco
averigüe en donde esta su tumba...
Cerca del campo de Don Mateo,
vivía el "Ruso", un hombre amable, que todas las tarde venia en su
sulki al bar, en donde pasaba la tarde. Un hijo de
inmigrantes que
vivía solo en una enorme casa de muchos años en medio de
Talitas, un
galpón llenos de artefactos raros y viejos como su historia. Me llevaba de
exploración algunos
días en que iba al pueblo a la mañana y me
traía devuelta a su cita con vasos y naipes, me fascinaba esa media hora en
sulki y de como guardaba los papeles o sus compras debajo del asiento del
sulki (cabe acotar que el asiento del
sulki es un como
cajón), de como soltaba al caballo o bien lo colocaba cuando
volvíamos. Me cocina un puchero de otro planeta en esa enorme cocina llenas de ollas y platos de mas de 80 años. Esa cocina
económica que salia humo por cualquier lado, menos por la chimenea...
Era un hombre alegre, pero creo a la
lejanía que no lo era...su
única diversión era con sus perros que empezaban a ladrar a
kilómetros que lo
sentían, y de su cita diaria en el boliche.
Supe de como que no venia dos
días seguido al boliche de mi
tío, fueron a su vieja casa de color amarilla, ya lo perros no ladraban y su
sulki esta
ahí. Entraron y lo encontraron con la muerte ya asumida, postal mas clara de su inmensa soledad. Yo ya era grande y estaba en Buenos Aires, me entere muy tarde...
Que recuerdos, y me imagino que en todos los pueblos debe de haber personas como Don Mateo o el "Ruso", gente buena, trabajadora, que se conformaban con poco, solitarias, tristes...
conocí muchas otras personas que eran peones o dueños de campos pequeños,
también conocí a dueños de campos grandes y su realidad era muy diferente... viendo todo esto lo que paso con la 125 y este carnaval y me pregunto:
¿alguien propuso una plaza para los Don
Mateos o los "Rusos"?
o ¿alguien vio un cartel de un lado del otro representando a los mal
llamados"indios" del Chaco?
El campo con su ferocidad y su
indiferencia a todo lo que le implique ganar dinero (recuerdo palabras de un pariente que tenia un cuñado estanciero y me
decía: "
tocale los huevos y no te hace nada, pero le tocas el bolsillo y te acuchilla" y era cierto).
Conozco a esta gente, muchos de mis parientes lo son y ellos jamas
moverían un pelo si no es por su bolsillo. Tampoco estoy a favor del gobierno, es aberrante ver el
clientelismo político... pero hay otra realidad, otras personas...Es triste vera a tantas personas engañadas en Libertador o en el Congreso....
Este es mi
homenaje a los que no ganaron, ni perdieron. Siempre pierden: los peones, los originarios, el verdadero
chacarero (a nadie engañan de son pequeños productores cuando
arrendas 900
hectáreas), de los Don
Mateos y de los "Rusos"....